lunes, 25 de enero de 2016



CONCURSO 1401


A inicios del Quattrocento concretamente en el 1401, se convoca una competición para realizar las segundas puertas del baptisterio de Florencia, el tema era el sacrificio de Isaac y debía ser realizado en un cuarterón de bronce con los bordes lobulados.
Entre los finalistas, destacaron:
  • Ghiberti
  • Brunelleschi
  • Jacopo della Quercia
Sin embargo, la decisión final quedó entre los dos primeros,Lorenzo Ghiberti fue elegido ganador. Tras realizar estas Segundas puertas del Baptisterio de Florencia, se le encargaron también las terceras (llamadas por Miguel Ángel “Puertas del paraíso” por considerarlas de gran perfección)


PORTAL DE SAN PETRONIO,BOLONIA- JACOPO DELLA QUERCIA

Lorenzo Ghiberti fue elegido ganador. En Ghiberti la disposición del paisaje y de las figuras crea una sugerencia espacial nueva que, en el caso de Brunelleschi, se convierte, como se ha notado, en una construcción espacial de nuevo signo.
La obra de Ghiberti mantiene el enmarcamiento de tipo tradicional. La composición conserva elementos del gótico internacional, como la curva que describe la figura de Abraham y la forma acartonada del paisaje, junto con innovaciones clásicas como es el volumen y modelos utilizados en las demás figuras.Tras realizar estas Segundas puertas del Baptisterio de Florencia (sacrificio de Isaac); se le encargaron también las terceras (llamadas por Miguel Ángel “Puertas del paraíso” por considerarlas de gran perfección) en las que logra una sensación de perspectiva fascinante, hasta el punto de influir en el gran Donatello

   

BAPTISTERIO DE FLORENCIA-GHIBERTI




SACRIFICIO DE ISAAC- LORENZO GHIBERTI



SACRIFICIO DE ISAAC-FILIPPO BRUNELLESCHI

Brunelleschi, tras fracasar en el Concurso de 1401 y se reorienta hacia la Arquitectura y será conocido por ser el creador de la Catedral de Florencia, Santa María dei Fiori (Santa María de las Flores) más conocida como Il Duomo (es decir, “la Catedral”, como única).

SACRIFICIO DE ISAAC

Después de estos sucesos, Dios puso a prueba a Abrahán. Y le llamó:
—¡Abrahán!
Éste respondió:
—Aquí estoy.
 Entonces le dijo:
—Toma a tu hijo, a tu único hijo, al que tú amas, a Isaac, y vete a la región de Moria. Allí lo ofrecerás en sacrificio, sobre un monte que yo te indicaré.
 Muy de mañana Abrahán se levantó, aparejó su asno, se llevó consigo a dos siervos y a su hijo Isaac, cortó la leña del sacrificio, se puso en camino y se dirigió al lugar que le había dicho Dios. 4 Al tercer día, Abrahán alzó la vista y divisó el lugar a lo lejos. 5 Entonces dijo Abrahán a sus siervos:
—Quedaos aquí con el asno mientras el muchacho y yo vamos hasta allí para adorar a Dios; luego volveremos con vosotros.
 Tomó Abrahán la leña del sacrificio y se la cargó a su hijo Isaac, mientras él llevaba en la mano el fuego y el cuchillo; y se pusieron en marcha los dos juntos. Isaac dijo a su padre Abrahán:
—¡Padre!
Él respondió:
—Sí, hijo mío.
Y el muchacho preguntó:
—Aquí está el fuego y la leña, pero ¿dónde está el cordero para el sacrificio?
 Respondió Abrahán:
—Dios proveerá el cordero para el sacrificio, hijo mío.
Caminando juntos llegaron al lugar que Dios le había dicho; construyó allí Abrahán el altar y colocó la leña; luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar encima de la leña. Abrahán alargó la mano y empuñó el cuchillo para inmolar a su hijo.  Pero entonces el ángel del Señor le llamó desde el cielo:
—¡Abrahán, Abrahán!
Él contestó:
—Aquí estoy.
Y Dios le dijo:
—No extiendas tu mano hacia el muchacho ni le hagas nada, pues ahora he comprobado que temes a Dios y no me has negado a tu hijo, a tu único hijo.
Abrahán levantó la vista y vio detrás un carnero enredado en la maleza por los cuernos. Fue Abrahán, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en vez de su hijo.  Abrahán llamó a aquel lugar «El Señor provee», tal como se dice hoy: «en la montaña del Señor provee».
 El ángel del Señor llamó por segunda vez a Abrahán desde el cielo  y le dijo:
—Juro por mí mismo, oráculo del Señor, que por haber hecho una cosa así, y no haberme negado a tu hijo, a tu único hijo,  te colmaré de bendiciones y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena de las playas; y tu descendencia se adueñará de las ciudades de sus enemigos.  En tu descendencia serán bendecidos todos los pueblos de la tierra porque has obedecido mi voz.